Como todos sabéis ayer concluyó el vigésimo octavo congreso de la Sociedad Europea de HTA en Barcelona.

Sin duda lo más relevante ha sido la presentación de las guías, que para todos aquellos que no hayáis podido asistir, la podéis ver en este enlace: https://youtu.be/dL2IRxK11FM.

La verdad es que no hay grandes novedades. Como era de esperar se sigue manteniendo la misma clasificación de categorías de HTA y el 140/90 mmHg como punto de corte para diagnóstico. Como objetivos de tratamiento, sí que se es un poco más intensivo en ancianos no frágiles, con objetivo menor de 140 mmHg si no hay efectos secundarios.  Como novedad las guías hacen mayor hincapié en la PAD con el objetivo de que esté por debajo de 80 pero que no baje de 70 mmHg, si bien todos sabemos que esto es muy difícil de conseguir en la práctica clínica. Incluso, para el caso del paciente diabético se recomienda un objetivo de PAS por debajo de 130 mmHg pero que esté por encima de 120 mmHg.

El diagnóstico y manejo sigue siendo en base a las PA clínicas, si bien se sigue recomendando el uso de MAPA y AMPA para el diagnóstico y manejo en diversas situaciones. Sobre la medida de la PA en clínica, con el paciente solo en una habitación, como en el estudio SPRINT, de momento no hay datos, para establecer recomendaciones.

Sobre la clasificación de riesgo, se recomienda la tabla SCORE, si bien, se sigue recomendando siempre que haya disponibilidad la determinación de la lesión de órgano diana porque el riesgo estimado por SCORE aumenta por otros modificadores de riesgo, particularmente las HMOD (hypertension mediated organ damage). Se considera un screening detallado de HMOD la ecocardiografía, la ecografía carotídea, la ecografía abdominal y estudios de doppler, la determinación de la velocidad de la onda de pulso para medir la rigidez arterial, ITB, tests de función cognitiva y lesiones cerebrales, y parece que de nuevo se le da más importancia a la funduscopia para la búsqueda de la retinopatía hipertensiva.

Respecto a los tratamientos, en línea con las guías previas de 2013, se apuesta por la biterapia de inicio en la mayor parte de los enfermos, en combinaciones para mejorar la adherencia, salvo alguna excepción con cifras de PA límite y de bajo riesgo. Los fármacos de elección siguen siendo los mismos, así como las combinaciones más efectivas con IECA/ARAII + tiazidas o calcio antagonistas.

En cuanto a los tratamientos invasivos para la HTA resistente-refractaria, incluyendo la denervación renal, se han degradado a categoría III, con lo que estarían en principio contraindicados, si bien, en la presentación se han presentado algunos estudios recientes favorables, como queriendo indicar que quizá en un futuro pueda cambiar esta recomendación.

Las modificaciones en el estilo de vida siguen siendo el pilar del tratamiento sin grandes cambios respecto a las previas con una recomendación de limitar el consumo de sal a menos de 5 g al día (previa era de 4-6 g/día), la limitación del consumo de alcohol ahora se da en unidades (menos de 14 y 8 a la semana para hombres y mujeres respectivamente) y una recomendación IA para el ejercicio físico de al menos 30 minutos 5-7 días a la semana.  Como era de esperar se subrayó la dificultad de que el paciente mantenga estás medidas a largo plazo.

Se siguen estableciendo recomendaciones de fármacos específicos según diversas condiciones al igual que en las guías previas, y en el caso de los pacientes con HTA resistente, se favorece el uso de espironolactona a dosis bajas de 25 mg (recomendación IA basado en el estudio PATHWAY-2) y si no se tolera, se pueda usar eplerenona, amiloride, dosis más altas de diuréticos tiazídicos, indapamida o bien la adición de bisoprolol o doxazosina. En paciente con ERC con filtrado por debajo de 30 ml/min se sigue recomendando sustituir la tiazida por diurético de asa, con especial énfasis en la reducción de la ingesta de sal.

En cuanto al seguimiento, se recomienda tras iniciar o modificar tratamiento una visita a los 2 meses para comprobar tolerancia y grado de control y luego cada 2 años ver situación de los factores de riesgo y valoración de daño orgánico subclínico. Adquiere una mayor relevancia que en las guías previas la valoración del grado de adherencia como causa de mal control y el papel que puede jugar enfermería y la farmacia comunitaria a este respecto.

La presentación concluyó con la presentación de nuevas secciones como el manejo de las emergencias hipertensivas, el tratamiento en diversos grupos étnicos, el manejo de la PA en el ictus agudo y en otras situaciones especiales. Finalmente, lo que probablemente sea de nuevo lo más interesante de las guías, es la identificación de aquellas lagunas de conocimiento sobre las que merece la pena investigar de cara a poder establecer recomendaciones basadas en la evidencia en el futuro.

Todavía tendremos que esperar al 25 de agosto para la publicación de la mismas.

Fernando Martínez Garcia
Internal Medicine Department Clinical Hospital of Valencia
Vocal de la Junta Directiva de la SVHTAyRV